Durante más de una década, los países exportadores de materias primas se vieron beneficiados por un aumento en sus términos de intercambio. La bonanza motivó una serie de estrategias para promover la diversificación a partir de la creación de eslabonamientos productivos vinculados a los recursos naturales. El litio ofrece un caso crucial para analizar estas estrategias.
En primer término, se trata de un elemento crítico en la actual transición global hacia una economía menos dependiente de combustibles fósiles. En segundo lugar, los países del llamado triángulo del litio —Argentina, Bolivia y Chile— dan cuenta del 58% de los recursos mundiales de litio y tienen también un papel de moderada importancia en la producción. Por último, estos países vieron en el recurso un insumo estratégico con potencial para desempeñar un rol importante en el desarrollo económico de cada país a partir del papel de la ciencia y la tecnología.
Estrategias tecnoproductivas en los países del triángulo del litio
Los instrumentos de política utilizados para implementar estrategias en torno al litio han estado condicionados por distintos factores. El marco normativo que configura el régimen de propiedad, las modalidades de acceso y de explotación, y la disponibilidad final del recurso para su realización en el mercado, por ejemplo.
Chile y Bolivia implementaron estrategias para mejorar la captación de renta por parte del Estado y localizar actividades productivas relacionadas con el procesamiento del litio. En el caso de Chile el sector privado asume la función productiva, mientras que en Bolivia es el Estado el que lidera este proceso.
El caso de Argentina
El caso de la Argentina ofrece un panorama distinto, con la conjunción de tres elementos significativos. Un marco normativo poco favorable al desarrollo de políticas productivas, visiones encontradas sobre la estrategia correcta y falta de coordinación entre provincias y niveles de gobierno. Todo ello ha resultado en que las políticas implementadas en nuestro país persigan objetivos fragmentados. Además, las políticas para promover eslabonamientos productivos y el desarrollo de capacidades tecnológicas fueron más débiles y contaron con menores recursos.
El trabajo presenta algunas ideas para construir una agenda estratégica en relación con el litio en la Argentina. Para avanzar en esa dirección resulta imprescindible superar las tensiones entre las visiones extractivista e industrialista sobre el recurso. Así, construir una alternativa que aspire a aumentar el volumen de producción y a promover el desarrollo de capacidades tecnológicas y productivas.
El proceso de construcción de esa agenda debe ser abierto. Es necesasrio incorporar en su definición a los actores productivos, al sistema de ciencia y técnica, a las comunidades que habitan en las zonas aledañas al recurso y a organizaciones que trabajen aspectos ambientales. La implementación de esta agenda requiere también diseñar una cartera de proyectos orientados a la construcción de capacidades tecnológicas y productivas.