La industria textil-indumentaria en Sudamérica: los casos de Brasil, Chile, Colombia y Perú

En Argentina, la industria textil-indumentaria todavía mantiene importancia dentro del aparato productivo nacional. En 2022 representó el 1,5% del empleo y el 0,9% del valor agregado del país. A pesar de ello, el empleo que genera es —como en el resto del mundo— mayoritariamente precario. Y los altos precios de la ropa suscitan intenso debate en la opinión pública. Para pensar el devenir de la industria textil-indumentaria argentina resulta relevante extraer lecciones y aprendizajes de países de la región. Analizamos las trayectorias de Brasil, Chile, Colombia y Perú en busca de insumos para diseñar políticas públicas dirigidas al sector.

La industria textil-indumentaria en Sudamérica

En los primeros documentos de la serie “La industria textil-indumentaria en la Argentina del siglo XXI” elaboramos un diagnóstico del estado actual del sector en el país. Más allá de la mirada local, para responder el interrogante de fondo —¿qué hacemos con la industria textil-indumentaria argentina?— resulta relevante conocer mejor qué hicieron otros países de la región.

La elección no fue casual. Se escogieron naciones de la región (Sudamérica) con similitudes culturales e históricas. Se trata de las cuatro economías más grandes del subcontinente —sin contar la argentina—. A pesar de estos parecidos, en cada uno de estos países la industria textil-indumentaria ha mostrado trayectorias heterogéneas, y su estudio abre un abanico de estrategias posibles.

Brasil

Estrategia defensiva respecto de la globalización orientada a proteger su industria y ofensiva para el sector primario, con importantes estímulos a la expansión del cultivo de algodón.

Chile

El mejor exponente de desarticulación productiva de esta industria, provocada por un crecimiento fenomenal de las importaciones asiáticas.

Colombia
Perú

Poseen una importante industria textil-indumentaria —en línea con lo que ocurre en la Argentina—, si bien con una significativa salida exportadora gracias a una mayor integración comercial con los Estados Unidos, principal destino de exportación.

¿Qué tienen en común las trayectorias de la industria textil-indumentaria en Sudamérica?

La importancia de la industria textil-indumentaria en los procesos de industrialización

Los cuatro países —al igual que la Argentina— experimentaron hacia mediados del siglo XX un proceso de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), que tuvo en sus orígenes a la industria textil-indumentaria como uno de los sectores más dinámicos.

Si bien la producción se destinaba mayoritariamente al abastecimiento del mercado interno en expansión, el sector logró cierta salida exportadora en Brasil, Perú y Colombia. La aplicación de políticas de protección comercial e incentivos al desarrollo industrial permitieron la expansión del sector, lo cual generó una creciente cantidad de puestos de trabajo.

Una fuerte presión competitiva dada la inserción exportadora de las naciones asiáticas

La globalización en los años setenta, la crisis de la deuda externa latinoamericana en los años ochenta y el período de reformas estructurales en los años noventa pusieron en jaque la estructura industrial de la ISI. El crecimiento del comercio global y de la  inserción exportadora de varias naciones asiáticas representó una fuerte presión competitiva para las industrias latinoamericanas, las cuales se redujeron de manera relativa para el conjunto de la economía, en particular frente a los servicios.

Precarias condiciones laborales en la industria textil-indumentaria

A pesar del estancamiento productivo, los niveles de empleo sectorial continúan siendo relevantes en todos los países analizados salvo Chile. No obstante, el empleo del sector se caracteriza por sus precarias condiciones laborales, particularmente del eslabón confeccionista. Al igual que en el resto del mundo, la creciente competencia asiática generó presiones hacia la precarización de los puestos de trabajo para abaratar costos. Largas jornadas, informalidad, deficientes condiciones de seguridad e higiene, inestabilidad de ingresos y presencia mayoritaria de mujeres e inmigrantes representan una constante en todos los países analizados y también en la Argentina.

Abaratamiento sistemático de las prendas

Un último rasgo compartido por las cuatro experiencias analizadas ha sido el abaratamiento sistemático de las prendas de vestir respecto de otros bienes y servicios durante las últimas tres décadas, a diferencia del caso argentino. No obstante, la magnitud de la caída de los precios relativos ha sido variable entre los países: entre 2001 y 2023 en Chile las prendas se abarataron 83,6%, 57% en Colombia, 22,2% en Perú y 5,4% en Brasil.

¿Qué tienen de singular las trayectorias de la industria textil-indumentaria en Sudamérica?

Estas tendencias comunes se solapan con trayectorias nacionales singulares, específicamente a partir de los años noventa, vinculadas a las diferentes estrategias de desarrollo que adoptaron los países para responder al desafío de la globalización económica.

Las políticas sectoriales han sido limitadas en sus efectos. Las trayectorias de cada país se explican mayormente por las políticas macroeconómicas, el desempeño agregado de la economía y la suscripción, o no, de tratados de libre comercio y la política arancelaria en general. A grandes rasgos, podemos diferenciarlas en tres orientaciones generales: defensiva, ofensiva y pasiva. 

Brasil

Estratega defensiva respecto de la globalización orientada a proteger su industria y ofensiva, con importantes estímulos a la expansión del cultivo de algodón.

Chile

 Estrategia pasiva de laissez faire, que derivó en la reducción de esta industria a su mínima expresión.

Colombia
Perú

Estrategia ofensiva con políticas enfocadas a promover la internacionalización del sector.

Brasil: estimular la producción algodonera

Brasil ha sido el país del mundo de mayor crecimiento en la producción de algodón en los últimos 25 años y se ha convertido en uno de los principales exportadores mundiales de algodón en bruto, que termina siendo manufacturado en Asia.

En las últimas dos décadas, el país ha desplegado una estrategia dual: defensiva con los eslabones industriales y ofensiva a nivel agrícola. En cuanto a la industria, fue el país más proactivo en políticas sectoriales. Buscó limitar los efectos adversos de la competencia asiática, a partir de medidas como: aranceles por encima de la media global y mecanismos adicionales de defensa comercial.

En cuanto al eslabón agrícola, la estrategia fue claramente ofensiva, con importantes estímulos a la expansión del cultivo de algodón a nuevas regiones. Embrapa —sector público— fue un agente central. Por medio de la inversión en I+D, este organismo estimuló el desarrollo de variedades de mejor calidad y más productivas. Esto estuvo acompañado por una sólida política de certificación de calidad, potenciada por la adhesión al programa Better Cotton Initiative.

Esta experiencia podría servir de referencia para la Argentina, dado que ha sido históricamente un productor algodonero, aunque con una producción bastante más estancada que la brasileña y con una calidad intermedia. Si bien la mejora de la productividad y calidad en el algodón no garantiza una mayor producción en los eslabones industriales de la cadena, es un factor que puede favorecer una mayor calidad y, por ende, competitividad.

Chile: desintegración productiva y fortalecimiento comercial

Chile resulta un paradigma de desintegración productiva de la industria textil-indumentaria. Desde los años setenta el país optó por profundizar su inserción internacional importando gran parte de las manufacturas a precios menores a los locales. Esto derivó en un crecimiento exponencial de las importaciones de prendas asiáticas y la fuerte contracción de la producción y de los puestos de trabajo generados.

Pese a que Chile ha perdido el grueso de sus capacidades manufactureras en el sector, sí las ha construido en el eslabón comercial. Surgieron en el país grandes empresas de comercialización minorista de capitales nacionales, como Falabella. Estos retailers son los principales importadores de ropa y poseen una participación mayoritaria en el mercado (a diferencia de los otros países latinoamericanos, donde el canal comercial está más atomizado). Esto resulta un tema relativamente inexplorado en la literatura sobre desarrollo productivo y que merece futuros análisis.

A pesar de décadas de desintegración productiva, en Chile aún hoy existe una pequeña industria textil-indumentaria, lo que deja una enseñanza. Por más que un país tan lejos geográficamente de Asia libere la importación y reduzca los aranceles, ciertos nichos de comercialización necesitan tener un abastecimiento local (para reponer rápidamente stocks agotados) o satisfacer preferencias de la demanda de nicho. Esta misma dinámica se verifica en otros países del mundo y es parte de la nueva estrategia que adoptan los grandes jugadores globales, denominada «near-shoring» (producción de cercanía).

Colombia y Perú: la especialización como clave para mejorar la competitividad exportadora

Los casos de Perú y Colombia presentan mayores parecidos entre sí. En las últimas décadas, ambos países han seguido una trayectoria de liberalización comercial apalancada en la firma de múltiples acuerdos de libre comercio. Si bien en Perú y en Colombia este sector también perdió peso dentro del total del valor agregado y del empleo, el desempeño de las cantidades producidas de las últimas tres décadas fue más positivo que en Brasil y en Chile.

La estrategia adoptada por Colombia para la industria textil-indumentaria forma parte de la orientación elegida para la economía colombiana en general: apertura, internacionalización a partir de acuerdos y tratados comerciales, y uso de instrumentos mayormente horizontales. No obstante, en los últimos años se observa un creciente uso de herramientas defensivas; la más notoria es la fuerte suba en aranceles a la importación de indumentaria en 2021-2022.

El caso peruano merece una especial atención. De los cuatro países es el de mayores exportaciones de productos terminados sobre la base de la calidad. A diferencia de Brasil, en Perú la producción de algodón cayó fuertemente desde principios de los años noventa. Esto no impidió el crecimiento del resto de la cadena, que comenzó a abastecerse de algodón de Estados Unidos, gracias a un tratado de libre comercio. Es un caso que desafía la tendencia general por la cual estos tratados suelen derivar en que los países de mayores ingresos consoliden sus exportaciones manufactureras, mientras que los de menores ingresos afianzan sus exportaciones primarias.

Tres aprendizajes para la industria textil-indumentaria argentina

Observar lo que ocurre en los eslabones no fabriles de la cadena

Todos los casos analizados muestran que, en las últimas décadas, este sector ha navegado contra la corriente global y la industria no logró experimentar un crecimiento sostenido. Dentro de este escenario adverso, es preciso prestar más atención de lo habitual a lo que ocurre en los eslabones no fabriles de la cadena, como el agrícola y el de comercialización.

El extraordinario boom de la producción algodonera de Brasil —sobre la base de ciencia y tecnología propias— lleva a preguntarnos cuál es la posibilidad de que la Argentina transite un camino similar. Por otro lado, la exitosa trayectoria del retail chileno nos incentiva a explorar la factibilidad de que alguna de las marcas nacionales logre un fuerte proceso de internacionalización y a indagar en cuáles son las políticas públicas necesarias para ello.

Evitar el abuso de herramientas discrecionales de administración del comercio exterior sobre esta industria

En los cuatro países analizados no hubo un abuso de herramientas de administración del comercio exterior y las iniciativas comerciales quedaron limitadas, en alguno de los casos, a aranceles altos y a la aplicación selectiva de mecanismos no discrecionales de defensa comercial. Posiblemente por ello los precios relativos de la ropa siguieron la tendencia descendente registrada en otras partes del mundo.

Mejorar la inserción externa sobre la base de especializarnos en ciertos productos y segmentos

Las experiencias de Colombia y Perú —de relativo mejor desempeño en la producción industrial— plantean un ejemplo interesante para la Argentina, ya que el diseño de políticas sectoriales les permitió mejorar su inserción externa sobre la base de ciertos tipos de prendas destinados a segmentos del mercado de gama media y alta. Probablemente, esta opción requeriría de una mayor integración comercial con otros países de la región, además del Mercosur.

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