Según el Foro Económico Mundial, el intercambio de datos en el sector público trae beneficios socioeconómicos de hasta el 1,5% del PBI. A pesar de esto, actualmente sólo el 1,8% de las dependencias de la administración pública nacional tienen alguna responsabilidad de almacenarlos. Ser un Estado más proactivo, eficiente y transparente es uno de los grandes desafíos que nuestro país tiene por delante. ¿Cómo optimizar el uso de datos en la administración pública para consolidar un Estado inteligente? Desde CIPPEC y Fundar proponemos consolidar un Estado inteligente que use y cuide los datos para brindar políticas públicas de calidad, inclusivas, proactivas e innovadoras.
Un Estado inteligente
Sabe quién es su población y lleva a cabo políticas públicas consecuentes con sus necesidades. En una persona, la inteligencia se manifiesta en el saber, en la recordación y en el razonamiento. En un Estado inteligente, también.
Recuerda con qué datos e información cuenta. No le pide a un ciudadano su DNI o su partida de nacimiento cada vez que hace un trámite, sino que guarda esa información de manera responsable y segura para usarla cuando sea necesario.
Razona. No sólo sabe qué datos guarda, sino que también los comparte y los utiliza para tomar mejores decisiones. El intercambio de datos en el sector público permite tomar decisiones basadas en evidencia y trae beneficios económicos: hasta el 1,5% del PBI, según el Foro Económico Mundial.
Desafíos para convertirse en un Estado inteligente
Continuar desarrollando sus capacidades. En Argentina, durante los últimos años hubo avances significativos referidos a la gestión de datos a nivel nacional. Se consolidó una agenda en materia de protección de datos personales, acceso a la información pública y políticas de gobierno abierto. Pero para convertirse en un Estado inteligente, debe desarrollar aún más sus capacidades.
Unificar las bases, tecnologías e infraestructuras. La mayoría de los organismos públicos nacionales (como AFIP, ANSES, RENAPER e INDEC, entre los más importantes) captura datos y administra sus propias bases, con tecnologías e infraestructuras diferentes. Esta heterogeneidad impide la comparación, el intercambio o la integración de esos datos en información. No es el único obstáculo en el camino.
Contar con personal técnico capacitado. Muchos organismos no cuentan con este recurso humano y tienen dificultades para conseguirlo y retenerlo en un contexto en que el mercado ofrece mejores salarios y otorga más posibilidades de desarrollo de carrera.
Resolver las tensiones existentes en relación a la normativa vigente. La ley de protección de datos personales, por ejemplo, impide que esos datos sean usados para otra finalidad que para la que fueron obtenidos.
Medidas básicas para consolidar un Estado inteligente
Crear una estructura —bajo la órbita de la autoridad máxima de la Administración Pública Nacional— que se encargue de diseñar y coordinar la gestión de datos.
Construir un nuevo marco legal que evite la duplicación de normas, procedimientos y obligaciones, con el objetivo de promover el intercambio de datos, preservando los derechos individuales.
Identificar los perfiles profesionales de las personas que trabajan en áreas de datos y tecnología, desarrollar el talento y conformar una comunidad de prácticas. Los recursos humanos son fundamentales para un nuevo paradigma de Estado.
Construir un directorio confiable de datos y fuentes de datos.
Incorporar infraestructura técnica (servidores, sistemas y servicios) adecuada.