Argentina puede proponerse hoy que un universo mucho más amplio de empresas de software y servicios informáticos se inserte internacionalmente en segmentos de alto valor agregado, potenciando, a mediano plazo, las exportaciones intensivas en talento.

Catalizar este potencial de la industria local exige un nuevo mapa de ideas para trabajar desde los gobiernos nacional y subnacionales. Esto requiere estudiar la estructura del sector: cómo contribuye a la economía nacional (en ventas, empleo y exportaciones) y cómo evolucionó en comparación al mercado global de software.

Se necesita además conocer las relaciones entre las partes que lo constituyen. Para ello, es necesario entender el heterogéneo empresariado del sector: qué tipo de empresas lo constituyen, cuáles son sus estrategias y su potencial y qué necesitan para crecer.

Finalmente, es necesario revisar y rediseñar la política sectorial. Hay que repensar el régimen de promoción vigente, enfocado en reducir los costos de operación de las firmas. Y, tan importante como eso, implementar un paquete de políticas que lo complementen y que atiendan aspectos como el financiamiento y la internacionalización de las empresas del sector, en particular de un segmento con alto potencial como el de las empresas orientadas a desarrollar productos para sectores exportadores dinámicos.

Se trata, en definitiva, de cambiar el marco de ideas con el cual interpretamos qué ocurre hoy con la industria de software en Argentina y cuáles son los futuros posibles que se abren a partir de las capacidades que ya tiene.