El debate sobre los costos laborales no salariales y, particularmente, las contribuciones patronales, lleva implícita la discusión en torno a la informalidad y los costos de registración. La caracterización de la informalidad en el trabajo y sus causas están divididas en dos opiniones:
1
La presión tributaria y las regulaciones estatales del mercado de trabajo son las causas del estancamiento del empleo registrado y de la existencia de informalidad.
Bajo este enfoque, para resolver los problemas hay que rebajar los costos laborales y desregular el mercado de trabajo.
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Estos problemas surgen de la estructura productiva, los problemas de inserción de los países periféricos y la falta de crecimiento económico sostenido.
Una desregulación general no resuelve los problemas mencionados, sino que, por el contrario, tiende a profundizarlos. Es decir, intensifica las desigualdades y la exclusión social.
Sí, la cuestión tributaria y la presión impositiva deben ser atendidas. Pero antes hay que entender que la creación de empleo registrado está fundamentalmente vinculada a las condiciones de crecimiento económico sostenido de la economía.
En este marco, una reforma laboral no llevará a un salto en la cantidad de empleo de la economía, pero puede contribuir a mejorar su calidad y a la formalización de muchas relaciones laborales.
La reforma laboral del Gobierno
La reciente propuesta de reforma laboral aprobada por el gobierno de Javier Milei, de impacto general muy bajo, no ofrece una solución. Ni del lado de los costos en las unidades económicas pequeñas, ni del lado de los derechos de los trabajadores. El gobierno permite a empleadores (que no sean sociedades) de hasta tres trabajadores, incorporar personal bajo la categoría de “colaboradores independientes” sin ninguna obligación de aporte o contribución a la seguridad social. En su teoría, esos costos deben ser cubiertos por el mismo trabajador. Ahora, es altamente improbable que lo pueda afrontar en situaciones de empleo precario. En otras palabras, el gobierno recurre al camino fácil: legalizar la informalidad.
Nuestra propuesta
La propuesta que elaboramos procura rebajar sustancialmente los costos para empleadores, especialmente de microempresas. De este modo, se busca incentivar a que registren empleados para que pasen a estar cubiertos por la seguridad social y gocen de los derechos laborales.
En nuestra propuesta, la cuestión de las micro y pequeñas empresas resulta fundamental. Nuestro análisis demuestra que una parte muy importante del empleo se concentra en estas empresas y, además, con elevados niveles de informalidad. En esta vía, buscamos pensar esquemas tributarios diferenciales. Estas empresas, dada su menor productividad, no pueden pagar lo mismo que las grandes. Además, resulta muy bajo el costo por abordar la situación de las microempresas, dado el mayor impacto potencial sobre la formalización de trabajadores actualmente no registrados.
Propuesta de reforma de las contribuciones patronales para micro y pequeñas empresas
El Régimen de Contribuciones y ART que proponemos tiene las siguientes características:
Reduce los costos patronales de las microempresas al 5%
Proponemos que las microempresas (hasta 5 trabajadores) paguen únicamente el 5% de las contribuciones patronales, es decir, una reducción del 95%.
Reduce los costos patronales de las pequeñas empresas, a ajustar según cantidad de empleados
Para las pequeñas empresas (6 a 25 trabajadores) proponemos un esquema de reducciones sobre los trabajadores adicionales que la empresa decida contratar. El esquema se efectúa sobre el puesto de trabajo nuevo y es escalonado en el tiempo.
Establece un régimen de transición para pasar de micro a pequeña empresa
En el caso de una transición de micro a pequeña empresa, mantendrán para los 5 trabajadores preexistentes la reducción del 95% durante un año. Sobre los trabajadores nuevos regirán las mismas condiciones que para los trabajadores adicionales de las pequeñas empresas (reducción del 95% el primer año, 70% el segundo y 50% el tercero). De esta forma, las microempresas que pasen a ser pequeñas empresas por la incorporación de personal sostendrán el beneficio de reducción del 95% por lo menos por un año para toda su dotación.
Elimina las excepciones actuales a las contribuciones
Con el objetivo de ordenar el esquema actual y contribuir a la sostenibilidad fiscal, se plantea la eliminación de las retracciones actuales a las contribuciones. Dado que los costos tributarios de estas retracciones se estiman en un 0,13% del PIB, el costo total de la política que proponemos estaría completamente compensado.
Modifica el régimen de ART
Por último, la propuesta de reforma sobre costos laborales no salariales incluye una modificación al régimen de ART, que permitirá reducir el excesivo costo de fuerte carácter regresivo de la aseguración de los riesgos del trabajo para las microempresas. Se propondrán topes que contemplen las complejidades de cada sector, pero que logren una reducción significativa del costo en este segmento de empresas. A su vez, se exime a las microempresas del pago fijo relativo al fondo fiduciario de enfermedades profesionales.
La ventaja de esta propuesta consiste en priorizar principalmente a las empresas de menor tamaño relativo y ser agresivos para impulsar el registro de las relaciones laborales existentes en estos segmentos. Esto no significa que se quiera promover una economía cuyo modelo de país sea una estructura de microempresas, sino entender la realidad de la producción actual.
Según nuestra simulación, el cambio que proponemos en las contribuciones patronales, generará un costo fiscal del 0,11% del PIB. Esta cifra es equivalente a lo que se recauda actualmente en concepto de contribuciones en este segmento. Nuestra propuesta prueba que se pueden eliminar las contribuciones patronales a las micro empresas solamente ordenando el régimen actual que otorga beneficios que no promueven la registración.
Hacia dónde queremos ir
El régimen para que proponemos no desliga al empleador que da trabajo del personal que le es dependiente, ni de cualquier obligación para con la seguridad social. Reconoce, sí, que las micro y pequeñas empresas están en una situación de mayor vulnerabilidad económica (por su tamaño y menor productividad). Por ello, le otorga incentivos para que acerque al trabajador a la registración y, por consiguiente, a su inclusión en la protección social. Simplemente librar al empleador más vulnerable de cualquier obligación social es legislar la perpetuación de la precariedad.
La idea de que existe un mundo de pleno empleo, donde el ineludible precio a pagar es la desregulación total y la erradicación de los derechos laborales, no sólo implica retroceder en el tiempo, sino que es una idea utópica e irrealizable. Como argumentamos, el vector fundamental para la creación de empleo es una política económica de crecimiento y desarrollo. Lo que las instituciones laborales deciden no es la generación de ese empleo, sino la manera en que se va a organizar y regular.
El marco laboral no es decisivo para lograr la fórmula de la estabilidad y el crecimiento económico, pero sí lo es para alcanzar una sociedad más justa y vivible. Una sociedad en que los trabajadores cuentan con derechos, con una seguridad social financiada y un Estado de Bienestar robusto que vela por ellos.