En las últimas décadas, los biocombustibles han sido promocionados por distintos gobiernos, tanto a nivel regional como global, al ser considerados una alternativa más sustentable al uso de combustibles fósiles convencionales. En la Argentina, además, han sido pensados como una alternativa para desarrollar capacidades productivas y agregar valor a la producción agrícola. Existen, no obstante, cuestionamientos a nivel global respecto a su sustentabilidad social y ambiental. Por ejemplo, en Estados Unidos el presidente Joe Biden anunció una potencial reducción en los niveles de mezcla de biocombustibles exigidos por su impacto en el precio final de los combustibles, mientras que los parlamentos europeos han legislado para eliminar los incentivos fiscales o directamente prohibir el uso de biocombustibles originados en el aceite de palma. En este contexto, Argentina debate cuál debería ser el rol de los biocombustibles y qué esquema regulatorio y de incentivos gobernará la actividad. En particular, la ley que regula los biocombustibles está siendo debatida: el régimen promocional sancionado en 2006 expiró el pasado 12 de mayo, motivo por el cual se estableció una prórroga a la ley vigente hasta el 12 de julio. En ese lapso, el Congreso debe debatir un nuevo proyecto de ley. Ofrecemos a continuación un panorama general de la cuestión y desglosamos cuáles son los puntos centrales en discusión.

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