Ahora que reconocemos la violencia de género, ¿qué hacemos?

No hay mayor prueba de que la violencia de género es un asunto público que lo que está sucediendo en estas horas: quienes negaban el problema lo han salido a exponer públicamente. Claman por la cabeza del victimario mientras acusan de inacción al Estado que debía proteger a la víctima. Pero que el oportunismo no nos quite lo bailado. Semanas atrás, las violencias y las desigualdades no tenían género, como si el número de femicidios pudiera ser negado. Hoy el tema está en boca de todo el mundo.

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