Hay tela para contar

La industria textil-indumentaria es una de las más antiguas de la industria nacional. Fue uno de los sectores pioneros de la industrialización por sustitución de importaciones durante las primeras décadas del siglo XX. A pesar de tener una trayectoria errática, Argentina aún hoy cuenta con una cadena textil-indumentaria de significativa importancia. Incluye no solo los eslabones industriales sino también al agropecuario y al comercial. Y genera el 2.8% del empleo de la economía: 539.000 personas ocupadas, de las cuales más de la mitad (293.000) trabaja en los eslabones industriales.

A diferencia de una gran cantidad de países, Argentina posee producción local en casi toda la cadena de valor: en los eslabones primarios, produciendo fibra de algodón, lana de ovejas y de camélidos, y en los industriales, generando hilados, tejidos y prendas que se venden casi exclusivamente en el mercado interno.

Esta serie de documentos recorre las características productivas de cada uno de los eslabones, de la fabricación a la comercialización. Describe las unidades productivas que están a cargo de cada actividad y el empleo que generan para caracterizar dónde estamos parados hoy y cómo seguir. Delinea los principales desafíos —mejorar las precarias condiciones de empleo, ofrecer precios más razonables y elevar su productividad— para generar ciertos consensos sobre el futuro de la industria en Argentina y cuál puede ser el rol de las políticas públicas en ese devenir.

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