A un año de la asunción de Javier Milei, ¿cómo variaron los ingresos? En general predominan las pérdidas pero con distintas intensidades. Los más perjudicados fueron aquellos trabajadores más expuestos a la inflación y a la recesión, los que dependen del gasto público y aquellos con pocas herramientas para defenderse. Los asalariados con paritarias pudieron navegar un poco mejor. La elección de llevar adelante un programa que ataca centralmente la inflación sin mayores compensaciones es la principal clave de lectura para entender lo sucedido los primeros diez meses de gobierno.
Ilustración: Juli Álvarez.
Ingresos populares bajo el gobierno de Milei
La llegada al gobierno de Javier Milei implicó un viraje importante en la política económica. La protección de los puestos de trabajo en un contexto de alta inflación e inestabilidad macroeconómica fue reemplazado por un programa que intenta desacelerar los precios por la vía de un fuerte ajuste monetario y fiscal. La elección de llevar adelante un programa que ataca centralmente la inflación sin mayores compensaciones es la principal clave de lectura para entender lo sucedido con los ingresos en los primeros diez meses de gobierno.
El cambio de contexto macroeconómico y político derivó en un importante shock en los ingresos. Los grupos más perjudicados fueron los más expuestos a la inflación, al nivel de actividad económica, los dependientes del gasto público, y quienes vieron desarticulados sus paraguas institucionales de ingreso. Quienes tuvieron herramientas institucionales (como las paritarias privadas), aun registrando caídas importantes, pudieron defenderse mejor.
Un deterioro generalizado pero heterogéneo
Si tomamos los promedios diciembre 2022 a septiembre 2023 y de diciembre 2023 a septiembre 2024, todos los ingresos considerados se vieron disminuidos a excepción de la Asignación Universal por Hijo. Es decir, dentro del sistema de ingresos de la población en general predominan las pérdidas pero con distintas intensidades.
En los extremos encontramos a quienes cobran la AUH con crecimiento real del 27% y los beneficiarios del Plan Volver al Trabajo (ex Potenciar) con caída del 46% en promedio. Estas diferencias se explican por un objetivo del gobierno en términos de ingresos: desarticular la ayuda social vía movimientos sociales y jerarquizar las transferencias no mediadas a través de la AUH. A pesar de los aumentos de la asignación, considerándola junto con la Tarjeta Alimentar (dado que el 80% de beneficiarios AUH cobra ambos beneficios) es difícil sostener que este sector fue resguardado. Además, el incremento del 30% en la tasa de pobreza y la duplicación de la indigencia evidencia el limitado escaso impacto de esta política.
Tres características, con mayor o menor peso de acuerdo con el sector, contribuyen a explicar lo sucedido:
- las desigualdades asociadas a la alta inflación;
- el fuerte recorte en el gasto público, con un eje importante en salarios y previsión social;
- la desinstitucionalización de las instancias generales de discusión salarial (como el Consejo de Salario Mínimo o la Paritaria Nacional Docente).
Las heterogeneidades propias de una economía con alta inflación se amplificaron
Como vimos en el primer documento de análisis de ingresos, las paritarias son un instrumento clave en la capacidad de los sectores de defenderse de los shocks y saltos inflacionarios, frente a quienes están más vulnerables, sin mecanismos de actualización establecidos institucionalmente. En un contexto recesivo estos mecanismos se amplifican. Es por ello que el sector privado fue uno de los que menos deterioro sufrió en sus ingresos y más rápidamente inició el proceso de recuperación.
Asalariados registrados vs. resto de las categorías
La formalidad laboral y la existencia de instancias de negociación colectiva, de las que disponen los trabajadores asalariados registrados, generan una ventaja respecto a los asalariados no registrados y a los no asalariados (principalmente cuentapropistas informales, trabajadores independientes de oficios y profesionales independientes). En este sentido, ambos grupos mostraron un desempeño inferior en comparación con los asalariados registrados.
Los ingresos no fueron lo único que se vio afectado. Los empleos de mayor precariedad también se ven más rápidamente afectados por transformaciones como la caída de la actividad económica del (del 4% promedio), el un aumento en el desempleo (del 22% anual, pasando del 6,2% al 7,6%), y el aumento del subempleo demandante.
Sector privado vs. sector público
Otra gran heterogeneidad está vinculada al sector en el que se encuentra el trabajo asalariado, es decir a quien es la contraparte en la negociación colectiva. A diferencia de lo que había sucedido en el gobierno anterior, con el cambio de presidencia el gasto operativo en salarios del sector público fue objeto de un importante recorte explicado tanto por la importante cantidad de despidos, como por una negociación salarial que no se ajustó a la nueva nominalidad de la inflación. Esto implicó que la caída de los salarios del sector público fuera del 22,1% entre noviembre y enero, mucho mayor que la del sector privado (12%) . La recuperación también fue mucho más débil.
Disparidades dentro del sector público
Incluso hacia adentro del sector público encontramos mayores disparidades. El salario de los docentes universitarios sufrió un recorte aún mayor que el promedio. La caída del poder adquisitivo entre noviembre y enero para este segmento de trabajadores fue del 30,3% y, si bien tuvo una leve recuperación a posterior, fue tan débil como en el promedio del sector público (21,9%).
Disparidades dentro del sector privado
La heterogeneidad hacia adentro de los sectores privados también da cuenta de una amplitud en los desempeños. Si bien todos caen durante el período de análisis, algunos sectores lograron prácticamente empardar el poder adquisitivo, mientras que otros tuvieron caídas entorno al 20%. Los desempeños menos favorables se explican por el retraso en la firma de los acuerdos y por incrementos intermitentes que no alcanzaron la inflación pasada (subindexaron). Los más favorables se debieron en cambio a un acortamiento de acuerdos y la inclusión de aumentos mensuales.
La caída de los ingresos de las familias que dependen del Estado
Una parte importante del plan antiinflacionario impulsado por el gobierno de Milei se centró en el ajuste fiscal. Esto impactó fuertemente sobre los ingresos familiares dependientes del Estado Nacional. Jubilaciones, salarios públicos y programas sociales representan prácticamente el 50% de dicho ajuste.
Jubilaciones
Las jubilaciones evidenciaron dos trayectorias negativas pero diferenciadas. Aquellas que perciben el monto mínimo pasaron en abril de 2024 a ser actualizadas mensualmente por Índice de precios al consumidor (IPC), con un aumento extraordinario del 12,5%. Esta modificación permitió una rápida recuperación del poder adquisitivo. Pero, el congelamiento del bono (que en el período anterior había permitido empatar la inflación) impidió que esa recuperación llegue a los niveles previos al salto devaluatorio.
Las jubilaciones medias y altas, regidas únicamente por la fórmula de movilidad, tuvieron una recuperación más acelerada. Sin embargo, sin bono, la caída frente a la aceleración inflacionaria tras la devaluación de diciembre fue mucho más abrupta y la pérdida de ingresos producida en el medio da cuenta del mayor deterioro.
Asignación Universal por Hijo y Tarjeta Alimentar
Los ingresos de los trabajadores no registrados se componen de los ingresos laborales —que tuvieron una caída más abrupta que el de los formales— y de los no laborales. Entre estos últimos, las transferencias por parte del Estado como la AUH y la Tarjeta Alimentar son un componente relevante.
En enero de 2024, el gobierno decidió duplicar el monto de la AUH, retrotrayendo el poder adquisitivo de esta a niveles similares a los del 2020; y en julio comenzó a actualizarse por inflación. A pesar de este balance positivo, es pertinente evaluar su desempeño junto con el de la Tarjeta Alimentar, ya que más del 80% de los beneficiarios de la AUH también lo son de esta prestación. Encontramos que, si bien tuvo un aumento en febrero y otro en junio, en los primeros diez meses de gobierno, el monto a valores reales cayó un 23,8%.
Mientras que por un lado se fortaleció la AUH, por el otro se recortó el poder adquisitivo de la Tarjeta Alimentar, lo que da cuenta de un desempeño dispar dentro de este segmento de la población. Además, es importante señalar que ambas políticas consideradas juntas no llegaban a cubrir la línea de indigencia de un adulto.
Volver al trabajo (ex-Potenciar Trabajo)
Tras el cambio de gobierno, el salario mínimo (SMVM) dejó de ser una referencia para la actualización de esta política, que pasó a quedar congelada en la suma de $78.000. Esto la convirtió en el ingreso de mayor deterioro de todos los analizados. En promedio durante el período el recorte fue de 46% y, si se toma septiembre contra noviembre, la caída es de 63%. La fuerte erosión de esta política se explica en el marco de tensión del gobierno con los movimientos sociales, en general mediadores para la aplicación de esta política.
Desinstitucionalización de los ámbitos generales de negociación del ingreso
Otro rasgo saliente de los primeros meses del gobierno de Milei es el paulatino proceso de desarme de cierta institucionalidad laboral vinculada a la negociación colectiva, particularmente el Salario Mínimo Vital y Móvil y la Paritaria Nacional Docente. En otras palabras, fue el Poder Ejecutivo de manera unilateral quien decidió el tiempo y forma de las actualizaciones para estos ingresos.
Salario Mínimo Vital y Móvil
La determinación periódica del salario mínimo corresponde al Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil, un órgano con representación del Estado, los sindicatos y las empresas. Tras la asunción de Milei el Consejo se reunió en tres oportunidades: en febrero, en mayo y en julio. En ninguna de las reuniones se logró arribar a consensos respecto a la determinación del SMVM, por lo que el Poder Ejecutivo decidió resolver de manera unilateral el aumento del mínimo legal. En promedio, durante el período analizado, la caída del SMVM fue del 28,2%.
Paritaria Nacional Docente
La Paritaria Nacional Docente garantiza un piso mínimo para los salarios docentes de todo el país, compensa a las provincias de menos ingresos que no pueden pagar ese salario y regula un aporte nacional a todos los docentes vía el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID).
En marzo de 2024 el nuevo gobierno decidió quitarle a la paritaria la asignación presupuestaria destinada al Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). Durante todo el primer semestre del año no se convocaron reuniones para esta instancia de negociación. Durante el mes de agosto, sin haber arribado a un acuerdo, el Poder Ejecutivo optó por una actualización retroactiva que llegó al mes de abril, permitiendo una leve recuperación de lo perdido. A pesar de esta actualización, la caída promedio del período es de 28,8%. El desempeño del nivel queda similar al del promedio de salarios del sector público; sin embargo, la pérdida en el período es mucho mayor.
Casas particulares
La Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares es otra de las instancias de negociación colectiva especial. El desempeño de esta fue menos problemático que el de las dos instancias mencionadas anteriormente, ya que los aumentos se lograron con acuerdo de las partes. Sin embargo, tampoco arrojó resultados favorables. Tras una caída sin freno entre diciembre y enero, que deterioró un 28,6% el poder adquisitivo de trabajadoras de casas particulares, el salario empezó a recuperarse levemente. A pesar de esto, el período presenta una caída del 20,8%.