Las instituciones y los procesos que originan las políticas públicas suelen considerarse neutrales al género: se piensa que afectarán por igual a varones, mujeres y otras identidades. La transversalización de la perspectiva de género en su diseño, planificación y gobernanza es una herramienta crítica para evidenciar desigualdades, tomar mejores decisiones y desarmar barreras e inequidades que obstaculizan el desarrollo. Desde Fundar creemos que diseñar políticas y construir capacidades desde esta premisa es ineludible para generar condiciones bienestar para todos los géneros, de cara a los desafíos del siglo XXI que imponen las transiciones demográfica, energética y digital.