Sesgos de datos con perspectiva de género: cómo incorporar a la población TTNB+ a las encuestas en América Latina

La invisibilización de les TTNB+

La realidad de las personas travestis, trans y no binarias se encuentra atravesada por la exclusión, la marginalización y la violencia. Los pocos datos que tenemos sobre esta población son terriblemente alarmantes. En América Latina, la esperanza de vida promedio de las personas trans es de 35 años, producto principalmente de crímenes de odio hacia estas personas (IACHR, 2020). En la Provincia de Buenos Aires, el 41.7 % de las personas TTNB+ censadas ejercían el trabajo sexual y prácticamente todas sufrieron de discriminación en el acceso a servicios públicos (Prov. de Buenos Aires, 2019).

A pesar de esto, prácticamente la totalidad de las encuestas realizadas por organismos nacionales, tanto en América Latina como en el mundo, todavía utilizan una clasificación binaria del género. Esta clasificación del género en las categorías de «mujer» y «hombre» genera invisibilización en las estadísticas de aquellas personas que no se identifican con estos conceptos, asignándose de forma arbitraria a uno u otro grupo. Así, las personas no binarias, como queers, travestis, transexuales y transgénero, “desaparecen” de los datos y del debate académico y público

La inclusión de esta información a las encuestas permitiría evaluar cuestiones sumamente relevantes, como las brechas en acceso a derechos, brechas salariales y ocupacionales, así como también medir la discriminación y la marginalización que estos grupos sufren. Contar con estadísticas públicas que reflejen la realidad que enfrentan cotidianamente puede generar importantes respuestas por parte de actores relevantes en pos de reducir estas brechas.

¿Por qué medir el género en las encuestas de hogares?

El género es una variable relevante para las encuestas y censos de hogares ya que permite reconocer y exponer las desigualdades e injusticias que viven las mujeres, personas trans y de géneros no binarios. Poder cuantificar estas desigualdades, conocer las regiones y los grupos más afectados, e identificar algunas de las dinámicas de género permite a les investigadores y polítiques formular respuestas a esta importante e invisibilizada problemática. Además, esta información puede tener un importante efecto en el debate público, al reconocerse el tamaño de esta población y las vulneraciones que sufren. Por lo tanto, es relevante preguntarse cómo incorporar la diversidad de género a las encuestas.

¿Qué medir en las encuestas de hogares?

El género es una construcción social que establece preconceptos sobre lo que debemos ser y cómo debemos actuar. Desde esta perspectiva, el género no es una variable que pueda medirse directamente. Dado que las encuestas son respondidas de forma individual, es necesario utilizar algún concepto que tenga sentido a nivel de la persona y que sea relevante para el problema que se quiere medir. 

Entre las opciones posibles, la más relevante es la identidad de género, ya que, como toda identidad, suele surgir a partir de personas que viven experiencias y procesos similares. Por lo tanto, resume buena parte de la información sobre discriminación y marginalización que queremos reconocer. Además, tiene un importante componente de reconocimiento por parte del Estado y puede favorecer a que las personas TTNB+ se vean más predispuestas a revelar esta información —que en algunos casos puede llegar a ser muy sensible e incluso vulnerar su seguridad.

Por otra parte, es relevante poder identificar a la población transgénero cuya identidad es binaria, ya que, según lo que revela la información disponible, son un grupo sumamente marginalizado. Para inferir a la población transgénero (no cisgénero), es necesario conocer (i) la identidad de género, y (ii) el sexo asignado al nacer. Esta estrategia, denominada en la literatura como “de dos etapas”, es la más utilizada para incorporar a la población trans a los datos, ya que genera resultados de calidad (identifica correctamente a esta población) y no genera problemas de comprensión (GenIUSS, 2014; Bauer et al, 2017).

Las mediciones binarias de género

Muy pocos países han incorporado alguna medición no binaria de género en sus encuestas y censos. Las preguntas binarias, como las incorporadas en anteriores censos en la Argentina, suelen consultar por la identidad de género. Por ejemplo, en el Censo 2010 se realizó la siguiente pregunta:

En este caso, como se responde por autopercepción, es una pregunta sobre identidad de género. En muchos países, la medición de género sigue siendo por “inspección visual” de la persona que encuesta, siguiendo la “tradición” de las mediciones de género y sexo. Si bien incorporar preguntas sobre identidad es un avance importante respecto a la situación previa, sigue ocurriendo que muchas personas se ven excluidas de los datos por no presentarse categorías que se adecúen a su identidad.

Preguntas de "dos etapas" para la medición del género

El mecanismo de dos etapas es una estrategia de identificación del género que ha sido evaluada empíricamente en muchos países, como el Reino Unido, EE.UU., Canadá, Australia y Nueva Zelanda, y que permite identificar tanto la identidad de género de todes les encuestades, como clasificarlos según cis o transgénero. Algunos países, como Argentina, Canadá y Australia, están incorporando preguntas de dos etapas a sus respectivos censos. La Figura 2 presenta la pregunta de Argentina incorporada a su Censo 2022.

Es importante destacar que actualmente no existen estudios que evalúen empíricamente la calidad de este tipo de preguntas en latinoamérica. Por lo que resulta relevante continuar con esta línea de investigación para generar preguntas que sean válidas y resulten en bajas tasas de no respuesta. Por otro lado, si bien se incorporó al censo en Argentina, las encuestas de hogares no modificaron aún sus preguntas de género. 

A pesar de estos desafíos, resulta clave la incorporación de estas preguntas, ya que permiten romper con la marginalización que sufre la población TTNB+ en las estadísticas nacionales mediante la sistemática exclusión de sus identidades en las encuestas. Poder contar con esta información nos permitirá no sólo analizar el tamaño de esta población, su distribución geográfica y etaria, las brechas existentes en acceso a educación, salud, vivienda, calidad de vida y oportunidades, y las desigualdades en ingresos y acceso a empleo que sufren, sino también aportar significativamente a la comprensión de estas inequidades y su necesario en el debate público.

Referencias

  • The GenIUSS Group (2014). Best Practices for asking Questions to identify transgender and other Gender Minority Respondents on Population-Based surveys, The Williams Institute.

     

  • Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires (2019), Primer relevamiento sobre condiciones de vida de la población trans/travesti de la provincia de Buenos Aires.

     

  • Bauer, G. R., Braimoh, J., Scheim, A. I. y Dharma, C. (2017), ‘Transgender-inclusive measures of sex/gender for population surveys: Mixed-methods evaluation and recommendations introduction the need for trans-inclusive measures of sex/gender’.

     

  • García, M. (2022). Representación estadística. Identidades informadas. Buenos Aires: Fundar. 

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