La costura de la política pública: tramas feministas en clave local. Un estudio sobre la Secretaría de Género y Derechos Humanos de la Municipalidad de Rosario

La Argentina asistió, en los últimos años, a una institucionalización inédita del feminismo. Se generó un repertorio de soluciones que tienen una expresión institucional en el organigrama estatal y en los presupuestos de los diversos niveles de gobierno. Este escenario es disputado por diversos sectores y enfrenta incertidumbres. En este marco, es especialmente relevante preguntarse por los procesos de institucionalización de género, su sostenimiento y trascendencia a largo plazo. Este informe estudia el trabajo de la Secretaría de Género y Derechos Humanos de Rosario. Busca contribuir a iluminar nuevos aspectos del diseño de las políticas de género y promover la transferencia de aprendizajes adquiridos a ámbitos similares.

Ilustración: Micaela Nanni

Ideas clave

  • La Secretaría de Género y Derechos Humanos se creó en 2019 al mismo tiempo que muchas otras instituciones de género incluido el Ministerio de la Mujer.
  • Surge en un contexto excepcional: con más de tres décadas de políticas orientadas a la igualdad de género, y de movimientos feministas y de la diversidad empujando y sosteniendo el cambio.
  • Esta experiencia acumulada permitió que la Secretaría ponga el foco en innovar y en mejorar la calidad de las políticas públicas (más que en crear una agenda nueva).
  • Los vínculos entre estructura municipal y universidad se traducen en un cuerpo burocrático bien formado en materia de igualdad de género, lo que otorga estabilidad a las políticas con tal fin.

Seguir estudiando la institucionalidad de género

La institucionalización del feminismo es un proceso que lleva más de tres décadas de desarrollo en el país. En los últimos años, se ha multiplicado y diversificado en todos los niveles de gobierno. En el plano nacional ganó alta visibilidad sobre todo a partir de 2019 con la creación del Ministerio de la Mujer. En el nivel subnacional, observamos experiencias de feminismo de Estado muy anteriores y con efectos territoriales muy concretos, que podrían ayudarnos a pensar y rediseñar las instituciones a futuro.

En este trabajo nos ocupamos de la política de género llevada a cabo por la Secretaría de Género y Derechos Humanos (SGyDH) del municipio de Rosario. Esta Secretaría se crea en 2019, en un momento de efervescencia de creación de instituciones de género. No obstante, a diferencia de otras maquinarias de género como la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género, posee una escena completamente distinta que hacen que su estudio sea particularmente relevante para informar otros organismos locales.

3 razones para estudiar la Secretaría de Género y Derechos Humanos de Rosario

Por su trayectoria. Treinta años de políticas de género en Rosario

Rosario tiene políticas orientadas a la igualdad de género desde hace más de tres décadas, previas incluso a los grandes acuerdos internacionales. Esta larga trayectoria se explica por la convergencia entre fuerzas partidarias progresistas y las demandas y creatividad de los movimientos feministas y de la diversidad, que fueron el empuje para que se pudieran institucionalizar espacios en las gestiones municipal primero y provincial después.

En ese escenario se crearon los primeros mecanismos de género del país (como el Área de la Mujer, Instituto de la Mujer y direcciones como la Dirección de Diversidad Sexual). Con el correr de los años, las políticas públicas locales se fueron complejizando. Esta experiencia acumulada permitió que la Secretaría ponga el foco en mejorar la calidad de las políticas (más que pensar y defender una agenda).

Por la relevancia de las políticas de género locales

Además de tener extensa trayectoria en materia de diseño e implementación de políticas públicas de género, Rosario ha sido pionera de muchas iniciativas que luego fueron llevadas adelante a nivel provincial y nacional. La cercanía del nivel local de gobierno con las comunidades y sus territorios lo ponen en una posición privilegiada para acceder a sus necesidades, demandas, y potencialidades. Por eso, la gestión local es muy valorada para la implementación de las políticas sociales tradicionales, para articular proyectos de desarrollo local y para generar consensos entre intereses contrapuestos. El plano municipal, además, es terreno fértil para la innovación.

Por la burocracia especializada y las comunidades epistémicas

Un rasgo llamativo en el caso de Rosario es la trama de contactos entre el Municipio, organizaciones feministas y LGBTI+, asociaciones locales tales como clubes deportivos, empresas privadas y la Universidad Nacional de Rosario.

Los vínculos fluidos entre estructura municipal y universidad, y la larga trayectoria de la institucionalidad de género en Rosario, se traducen en un cuerpo burocrático bien formado en materia de políticas de igualdad. La construcción de una burocracia feminista requiere de espacios académicos y de militancia que construyan y distribuyan conocimiento y de instituciones que demanden esos saberes, incorporando feministas en lugares de toma de decisión.

Para instalar un tema como problema social y consensuar modos de abordaje es necesaria una masa crítica. La fluidez en el tránsito entre academia y Estado municipal promueve y alimenta la creación de una “comunidad epistémica”, una red de expertos/as y activistas con experiencia y competencia reconocidas en un campo particular.

¿Qué cambia desde la creación de la Secretaría de Género y Derechos Humanos de Rosario?

Una de las características virtuosas de la Secretaría es que reúne, bajo su órbita, áreas y programas existentes que dependían de otras instancias municipales y que, en algunos casos, cumplían tareas similares o solapadas, y en otros desarrollaban acciones sobre algún aspecto de un proceso más amplio, sin tener la posibilidad de una aproximación integral. La jerarquización formal del área implicó también una revalorización y el otorgamiento de mayor legitimidad a las cuestiones de género en la administración municipal.

Enseñanzas de cuatro líneas de trabajo

Analizamos el impacto de la creación de la Secretaria en cuatro líneas de trabajo con potencialidad de resultar modélicos para experiencias similares.

Sistema Integral de Atención en violencia

El trabajo en violencia de género fue uno de los principales esfuerzos de la Secretaría en sus inicios y particularmente en el marco de la pandemia de COVID-19. Se apostó a ampliar el paradigma de un Sistema Integral de abordaje de la violencia de género. El proceso de trabajo estuvo orientado a desfragmentar las políticas de asistencia, prevención y promoción de derechos. También, a revisar y renovar marcos conceptuales y encuadres de actuación incorporando principios de interseccionalidad, integralidad y diversidad. demás se buscó reconstruir un cuerpo de profesionales, rejerarquizar las condiciones laborales y revalorizar los procesos de trabajo y capacidades técnicas.

La formación en género de la Ley Micaela como instrumento de transversalización

Una de las decisiones iniciales fue crear un programa de formación obligatoria en género que cumpliera con la Ley Micaela de capacitación obligatoria en género para todo el Estado, pero que no fuera pour la galerie, que no fuera simbólico. Se crearon programas de capacitación al interior y al exterior del Municipio buscando ampliar la masa crítica dentro del Municipio y en la capilaridad social, logrando que el tema de género no sea solamente de la Secretaría de Género.

Programa de Masculinidades

En 2021, la SGyDH decide establecer una política integral de abordaje de masculinidades que combina la resolución de problemas concretos con la sensibilización para promover la reflexión y revisión no sólo de sus prácticas, sino también de su condición de sujetos de género.

El Programa no es rehabilitante, ni reeducativo, sino que trabaja en grupos de reflexión a partir de la historia individual y la trayectoria de vida de cada uno de los varones.

Cupo laboral travesti trans

Rosario fue vanguardia al aprobar en 2016 una ordenanza que establece que la Municipalidad deberá incorporar anualmente a su planta de trabajadoras/es a cinco personas travestis, transexuales y transgénero que reúnan condiciones de idoneidad para los cargos. Esta medida de acción afirmativa se monta sobre un proceso de movilización de las organizaciones LGBTI+. Los activismos travestis y trans elaboraron un diagnóstico de los derechos económicos y sociales de sus comunidades y señalaron que el acceso al trabajo es un paso clave.

A partir de la creación de la Secretaría de Género y Derechos Humanos, la autoridad de aplicación de esta ordenanza pasó a ser una Dirección. Con este impulso, en 2021, se dispone de un programa de acompañamiento para ingresantes que se llama “Entreteje”. Consiste en espacios de consulta y acompañamiento sobre derechos laborales y gestiones cotidianas para personas trans que trabajan en dependencias estatales. También ofrece una instancia grupal para poner en común necesidades, inquietudes y procesos personales, y generar estrategias de cuidado que consoliden la inclusión y el desarrollo de capacidades individuales y colectivas.

¿Qué tiene para enseñar la política local de la Secretaría de Género y Derechos Humanos a la política a otras escalas?

Para políticas de género con ese tipo de trayectoria de décadas, el principal peligro no es el desmantelamiento, sino el riesgo de retroceder a la fragmentación o a la falta de financiamiento adecuado que debilita la calidad de todos los servicios brindados. La protección contra esos escenarios adversos son, por un lado, la vitalidad de la comunidad epistémica gestada en el tejido entre activismos feministas y LGBTI+, organizaciones profesionales y gremiales, universidades e integrantes de la burocracia municipal comprometidos/as/es. Por el otro, la construcción y sostenimiento de compromisos sustantivos por parte de los partidos políticos responsables de la gestión municipal en distintos momentos.

Uno de los aciertos en el proceso de construcción de la SGyDH fue la articulación de áreas que se encontraban dispersas. El desafío en el futuro cercano es profundizar la institucionalización de la integración como una dimensión estructurante de la política pública.

La experiencia de la Secretaría demuestra la potencia de las tramas locales en la promoción de la agenda feminista y de la diversidad sexual. Muestra los efectos de la combinación de un capital político acumulado a través de décadas de políticas públicas de género en el municipio con un impulso de renovación enfocado en fortalecer la calidad de los servicios, garantizar la integralidad de los abordajes y ampliar el espectro e impacto de las intervenciones.

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