¿Se puede combatir la inseguridad sin pensar sólo en cárceles?

En los barrios populares, el espacio público abandonado nunca queda vacío. El lugar que deja el Estado lo ocupa el delito, el narco. En el medio, los chicos. Le preguntamos a los vecinos qué hace falta para que puedan crecer en el barrio sin miedo. Nadie pidió más cárceles. Respondieron educación, espacios deportivos y recreativos; es decir, un club. En un club, los chicos cambian la esquina por la cancha.

Un club deportivo puede ser una política de seguridad muy efectiva. No sólo previene el ingreso al delito sino que también funciona como un lugar de referencia y pertenencia. Trabajamos en Nuevo Alberdi Oeste durante 6 meses, con 169 entrevistas domiciliarias y grupos focales para descubrir cómo un club puede transformar un barrio.

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El club: un espacio seguro para los barrios populares

Los clubes sociales y deportivos favorecen la organización e institucionalización del tiempo libre de los jóvenes. En barrios populares, permiten alejarlos de la calle, prevenir el ingreso al delito y desarrollar habilidades socioemocionales vinculadas con la práctica de deporte. Los clubes son un espacio de referencia y pertenencia. Es un lugar posible para la reconstrucción de la vida en común y los lazos sociales, que el narcotráfico busca romper.

Más de 5 millones de personas viven en barrios populares

En Argentina, actualmente existen 6467 barrios populares en los que viven más 5 millones de personas. El deterioro del espacio público y la falta de infraestructura social y urbana en territorios urbanos segregados favorecen el delito y la violencia. La falta de apropiación del espacio público por parte de las comunidades locales y la poca presencia estatal (a través de su oferta de servicios públicos y de seguridad) hace surgir territorios “liberados”. Rápidamente, estos son ocupados por actividades delictivas y el crimen organizado.

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Un club para Nuevo Alberdi Oeste

Este trabajo analiza antecedentes de intervenciones barriales en la prevención social del delito y presenta los resultados de un estudio cuali-cuantitativo realizado en Nuevo Alberdi Oeste —uno de los barrios con mayores índices de violencia de la provincia de Santa Fe—. Se relevaron las necesidades y demandas de sus vecinos en términos de seguridad y de la provisión de servicios y espacios públicos en el barrio. El foco estuvo, en especial, en los jóvenes, que suelen ser reclutados por las redes delictivas del crimen organizado.

El 50% de los residentes se siente inseguro y el 70% experimentó miedo al transitar por el barrio.

Los espacios comunitarios para el disfrute del tiempo libre y el esparcimiento son percibidos como inexistentes o insuficientes.

El 90% de las personas encuestadas considera “muy importante” la presencia de un club en el barrio.

Cuando se les pregunta a los jóvenes, sienten la necesidad de contar con espacios para realizar actividades recreativas o deportivas dentro del barrio.

El club amplió su impacto porque promovió el involucramiento de las familias y una identidad barrial positiva.

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Recomendaciones

Incorporar la dimensión social en las estrategias de seguridad.

  • Incorporar las demandas de los vecinos en el diseño de una estrategia integral de seguridad.
  • Impulsar y acompañar el desarrollo de espacios socio-comunitarios para prevenir el delito y crear oportunidades, con especial foco en los jóvenes.
  • Priorizar el deporte y la cultura como herramientas de integración socio-urbana.

Crear un club social y deportivo de puertas abiertas para la integración de los jóvenes a través del deporte y la cultura.

  • Innovar en la metodología de trabajo de lo que sucede dentro del club, tomando como ejemplo la metodología del programa Valores a la Cancha de la Fundación River Plate.
  • Innovar en el modelo de gestión del club, incorporando actores estatales, de la sociedad civil y del sector privado al diseño y gestión del mismo.
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Consideraciones sobre la implementación

Condiciones habilitantes

  • Habilitar un espacio de «puertas abiertas”: un club disponible más allá de los entrenamientos y con participación comunitaria, con ubicación estratégica en el corazón del barrio.
  • Enfocar las actividades en jóvenes (en principio, de 11 a 16 años).
  • Crear un equipo de gestión con misión, visión y valores claros. Seleccionar para la coordinación deportiva a residentes del barrio. 
  • Construir la identidad del club (nombre, colores, símbolos, rituales).
  • Construir una metodología innovadora para la promoción del deporte y la integración social, de acuerdo con el programa Valores a la Cancha de la Fundación River Plate. 
  • Diseñar un modelo de gestión público-privado que permita que el club sea sustentable en el tiempo. 

Obstáculos posibles

  • Falta de financiamiento o planificación presupuestaria adecuada e insuficiente estabilidad institucional.

  • Insuficiente integración con la comunidad local.

  • Riesgo de desvinculación entre lo aprendido en el club y la vida cotidiana si no hay articulación con las familias.

  • Problemas de convivencia o conflictividad en el barrio que interfieran en las actividades del club.

  • Escasa participación o compromiso de actores clave del barrio.

Implicancias para la política pública

Una estrategia de seguridad en zonas con altos niveles de violencia y presencia de crimen organizado —como en el caso de Rosario, pero también de otras localidades de la Argentina— requiere algo más que una respuesta punitiva si aspira a ser efectiva y sustentable.

En contextos de segregación territorial, dar respuesta a los altos niveles de violencia que son frecuentes en la vida cotidiana de millones de personas requiere la reapropiación del espacio público por parte de los vecinos y el fortalecimiento de la infraestructura social y de servicios.

Los propios vecinos de los barrios populares identifican la integración sociourbana, en especial en la dimensión educativa y deportiva/recreativa, como un elemento clave en la prevención del delito adolescente en sus barrios.

Es crucial el desarrollo de oportunidades recreativas, educativas y laborales y la creación de espacios que fortalezcan los lazos comunitarios y el sentido de pertenencia entre los vecinos de los barrios populares.