El comercio exterior en la industria textil-indumentaria

Argentina produce todo tipo de textiles: fibras, hilos, telas y ropa. Produce sobre todo para el mercado interno: abastece (y depende de) la demanda local. ¿Cómo se inserta Argentina en la cadena de valor textil-indumentaria global? ¿Qué vende? ¿Qué compra? ¿Y cómo repercute esto en su capacidad de producir?

Comercio mundial de la cadena textil-indumentaria

El comercio exterior es clave para entender cualquier cadena de valor, incluida la textil-indumentaria. Brinda información sobre los países líderes a nivel mundial y los productos y etapas en que se especializan.

¿Qué países importan textiles e indumentaria?

Entre los principales países importadores de textiles, sobresale China con 8,1% de las importaciones (24.000 millones de dólares por año). Le siguen Vietnam, Estados Unidos y Bangladesh.

En su mayoría se trata de países especializados en confección que compran a otros los insumos para producir.

Entre los mayores importadores de indumentaria están los principales países desarrollados, que poseen grandes centros de consumo de prendas.

Estados Unidos es el primer importador global, con el 19,7% del total (102.000 millones de dólares por año); lo sigue Alemania, Reino Unido y Francia.

¿Qué países exportan textiles e indumentaria?

Entre 2013 y 2021, las exportaciones de esta cadena promediaron los 800.000 millones de dólares anuales y el eslabón textil fue responsable del 35% de las exportaciones. En este escenario, China tiene una marcada supremacía, con casi el 30% del mercado. Muy lejos siguen Estados Unidos, India, Alemania, Italia y Corea del Sur.

Las exportaciones textiles están altamente concentradas. A nivel continental, existe un claro predominio de Asia que concentra el 62,8% del mercado global, seguido por Europa (con el 23,7%). A su vez, los 11 principales países exportadores explicaron el 70% de las ventas mundiales.

Las exportaciones mundiales de indumentaria promediaron, durante el mismo periodo, los 518.000 millones de dólares anuales (65% del total). En este caso, China también lidera con el 35,3% del mercado. Le siguen Bangladesh (6,9%) y Vietnam (5,3%). También se destacan países desarrollados, como Alemania (4,3%) e Italia (4%).

La concentración de las exportaciones de indumentaria son casi idénticas al segmento textil. Asia posee el 67,2% del mercado global, seguido por Europa –con el 25%–; y los primeros 10 exportadores concentran el 70% de las ventas.

No todos los países productores son grandes exportadores

Si miramos cuánto exportó el sector de su producción total, vemos que algunos países, como Camboya y Vietnam, exportaron más del 70% de su producción. Ello da cuenta del perfil eminentemente exportador de su cadena. Otros, como Brasil y Argentina, poseen una cadena muy poco exportadora (con porcentajes por debajo del 15%), ya que destinan su producción principalmente a sus mercados domésticos.

El carácter exportador o mercado-internista define perfiles de cadenas disímiles que tienen implicancias en las estrategias de desarrollo, en la evolución del empleo y en sus perspectivas futuras.

¿Exportar textiles e indumentaria asegura el desarrollo económico?

En Bangladesh, Haití, Camboya, Pakistán, Honduras, El Salvador o Sri Lanka (todos países de ingresos bajos o medios-bajos), los productos de esta cadena explican más del 30% de sus exportaciones. A la inversa, en prácticamente todos los países de ingresos altos, los productos de la cadena hoy poseen una participación acotada en las exportaciones.

Esto evidencia que los eslabones industriales de esta cadena suelen localizarse en países de ingresos bajos, ya que aprovechan la mano de obra barata. Pero no significa que una elevada especialización en textil-indumentaria sea perjudicial para el desarrollo económico. A lo largo de la historia, en muchos países del mundo, el paso de exportadores de materias primas a productos textiles e indumentaria inició un proceso de industrialización que luego adquirió creciente complejidad en la medida en que fueron desarrollando capacidades productivas en otros sectores manufactureros más complejos.

¿Cómo se inserta Argentina en el comercio internacional de la cadena textil-indumentaria?

Argentina cuenta con producción local en todos los eslabones de esta cadena. De esa producción, exporta, en su mayoría, bienes primarios: principalmente, fibra de algodón y lana. Y, a pesar de su capacidad productiva, existe una importante presencia de productos importados en el mercado local, principalmente de origen asiático. Las fluctuaciones de la economía, la escala del mercado, los costos mucho más bajos de la oferta asiática y los péndulos en la política productiva hacia el sector llevaron a que la balanza comercial de esta cadena se vuelva estructuralmente deficitaria en las últimas décadas.

¿Qué y de dónde importamos textiles e indumentaria?

Importamos fundamentalmente los productos que no tenemos la capacidad de producir localmente

Casi la mitad (45,9%) de las importaciones de productos textiles se explican por fibras, hilados y tejidos sintéticos o artificiales. La principal causa radica en la falta de una escala local lo suficientemente importante que motive la instalación de firmas dispuestas a competir con los menores costos que se consiguen en Asia. Estos insumos se incorporan al proceso productivo de las tejedurías locales, donde generalmente se mezclan con hilados de algodón (habitualmente de origen nacional) para crear diversos tipos de telas.

En ropa terminada, al igual que sucede con los hilados sintéticos y artificiales, la principal causa que motiva la importación radica en los menores costos que se consiguen en Asia, en comparación con las prendas fabricadas por el segmento formal de la cadena de valor local.

Más allá del diferencial de costos, la segunda mayor participación son los abrigos, camperas y anoraks (17,4%), artículos con limitada oferta local debido a la complejidad técnica y al elevado tiempo de trabajo requerido por prenda. El sector comercial local tiende a importarlos y a enfocarse en la fabricación de artículos menos complejos, donde se logra una mayor escala de producción.

Importamos principalmente de Asia

El 70,5% de las importaciones de productos textiles proviene de Asía, principal proveedor a nivel mundial de productos de esta cadena. China ocupa el primer lugar (con un 49% de participación), la sigue India (10,4%) y Pakistán (3,1%). En segundo lugar, se encuentra el continente americano (23,5%), donde prácticamente la totalidad proviene de Brasil (19%).

En cuanto al eslabón de la confección, el predominio de Asia es aún más notable (con 84,3% del total importado). China se destaca (58,9%), seguida de Vietnam (5,5%) y Bangladesh (4,5%).  

El origen de las importaciones de confecciones cambió fuertemente en las últimas décadas. En los años 60, el grueso de las importaciones provenían de Europa y Estados Unidos. Durante la década de los 90 –en el auge del Mercosur– Brasil pasó a ser el principal proveedor de ropa importada de Argentina. Durante el siglo XXI, Asia pasó, por lejos, a ser el principal origen de la ropa importada de nuestro país.

¿Qué y a quién le exportamos textiles e indumentaria?

Exportamos principalmente algodón y lana

Nuestra inserción exportadora posee una fuerte inclinación hacia la exportación de productos primarios con escaso valor agregado. Casi la totalidad de las exportaciones sectoriales (93%) fueron productos textiles, principalmente de fibra de algodón (41%) y lana cardada o peinada (35%).

Las exportaciones de confecciones son muy reducidas (apenas 37 millones en 2022). Las medias tienen la mayor contribución (19,3%) y son principalmente impulsadas por la producción y exportación de la empresa Derwill, para Nike.

Argentina exporta textiles a Asia e indumentaria a los países vecinos

Casi la totalidad de las exportaciones de textiles tiene como destino el continente asiático (46,3%). Esto se debe a que allí se concentran los eslabones industriales de esta cadena de valor, que procesan la materia prima enviada desde países como Argentina.

Casi la totalidad de las exportaciones de ropa de Argentina tiene como destino el continente americano, en particular, los países vecinos, como Uruguay (26,7%) y Brasil (26,2%). Esto se debe, en gran medida, a la presencia de marcas argentinas en esos países, así como a la proximidad geográfica y la ausencia de aranceles estipulados para el comercio entre socios del Mercosur.

¿Cómo evolucionó la balanza comercial local?

La cadena textil-indumentaria argentina es estructuralmente deficitaria, aunque ello no fue siempre así. Hasta fines de la década de 1980, era superavitaria debido a importaciones relativamente reducidas y a exportaciones considerables de algodón, lana e incluso algunas prendas de vestir. Desde la implementación del plan de Convertibilidad (en 1991), las importaciones comenzaron a atravesar un fuerte crecimiento, lo que derivó en sucesivos déficits comerciales que se mantuvieron hasta la actualidad (a excepción del bienio 1995-1996).

La magnitud del déficit suele explicarse en parte por:

  • el crecimiento industrial de China y su consolidación como el principal fabricante y exportador global de textiles e indumentaria, gracias a su gran escala de producción y sus bajos precios;

  • el ciclo económico doméstico. Cuanto más crece la economía argentina y el consumo de prendas, se expande la actividad local, la cual requiere de más importaciones, tanto de prendas terminadas como de insumos productivos;

  • las políticas de administración del comercio. En etapas de apertura, las importaciones crecieron con mayor facilidad y reemplazaron a parte de la producción local.

¿Importar disminuye la capacidad productiva local?

El crecimiento de las importaciones no siempre deriva en destrucción de la capacidad productiva local: es clave conocer qué ocurre en paralelo con el tamaño del mercado. Si el tamaño del mercado local crece en mayor proporción, son compatibles. Sin embargo, si el tamaño del mercado se reduce o está relativamente estancado, todo el crecimiento de la participación de la oferta extranjera tiene, como contrapartida, la destrucción del aparato productivo local.

Si miramos la evolución del tamaño del mercado (a través del consumo y de la cantidad de empresas locales) en relación a las importaciones de textiles y de confecciones, podemos diferenciar cuatro subperíodos.

  • 2003-2011┃Durante los primeros años de expansión económica de la posconvertibilidad, se dio, en simultáneo, un crecimiento en la capacidad productiva local y de las importaciones, explicados por el fuerte crecimiento del mercado local. 
  • 2012-2015┃El segundo período de estancamiento de la economía argentina, cuando el tamaño del mercado comenzó a contraerse, la capacidad productiva local se mantuvo relativamente estable, y la administración del comercio exterior redujo la presencia de productos importados. 
  • 2016-2020 ┃La destrucción del entramado productivo local coincide, tanto con la contracción del mercado (debido a la caída del poder adquisitivo y del aumento de la desocupación) como por el mayor peso de las prendas importadas.
  • 2021-actualidad┃Por último, desde 2021 se mantiene estable la cantidad de empresas formales de la cadena, por un leve repunte del tamaño del mercado y de contracción de la participación importada.

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