La anonimización de conjuntos de datos requiere una metodología de alto nivel para encontrar soluciones al problema de compartir información sin violar el derecho a la privacidad de las personas. La cuestión requiere regulaciones basadas en una visión técnica y política.
El uso de datos es una herramienta imprescindible a la hora de diseñar y ejecutar políticas públicas. Hoy en día, los organismos públicos tienen varios incentivos para no compartir datos, sobre todo por los riesgos incluso penales— que pueden correr si esos datos son reidentificados. Pero la solución de no compartir es la peor estrategia, porque se pierde la riqueza de la utilización de datos, que es cruzar información de diferentes fuentes: la anonimización es una metodología de trabajo recomendable porque reduce sensiblemente estos riesgos.
Este informe de políticas públicas se desprende del documento Anónimos pero no tanto: cómo hacer una gestión de datos eficiente sin poner en riesgo la privacidad, elaborado por el Área de Datos de Fundar.