La Semana de la Energía, convocada por la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) en Santiago de Chile entre el 30 de septiembre y el 4 de octubre, reunió al principal ecosistema regional de política energética. Actores públicos, privados, organismos multilaterales y centros de investigación convergieron para trazar el estado de situación de la transición energética en América Latina. Fundar participó del encuentro para posicionar su agenda de investigación en energías renovables, fortalecer vínculos institucionales e identificar oportunidades de cooperación técnica.
El evento confirmó que la expansión de las energías renovables en la región está generando nuevos desafíos operativos y de infraestructura. La falta de redes de transmisión capaces de acompañar el crecimiento de la generación renovable y la necesidad de incorporar almacenamiento energético emergen como las principales prioridades regionales. Un aspecto que ganó visibilidad fue la dimensión social de la transición: experiencias de reconversión laboral, electrificación distribuida y formación profesional vinculada al sector energético. Aunque este enfoque está comenzando a incorporarse en el discurso regional, todavía aparece fragmentado y sin un marco analítico común que lo articule.
La participación de Fundar permitió establecer intercambios con actores clave como CEPAL, BNDES, IRENA, la Red Latinoamericana por una Transición Energética Justa (RELP) y organizaciones como Latam Lab y Uno.Cinco. También se identificaron potenciales oportunidades de financiamiento con la Global Energy Alliance for People and Planet (GEAPP), que prioriza proyectos con impacto social y territorial. Las líneas de trabajo de Fundar en inversión, empleo y capacidades en energías renovables se encuentran alineadas con las discusiones regionales, y existe un espacio concreto para aportar una mirada más estructurada sobre los impactos sociales y productivos de la transición.
Participar de este tipo de espacios no solo permite relevar tendencias y construir redes institucionales, sino también identificar los vacíos donde el trabajo de centros de investigación puede hacer una diferencia concreta. La región avanza en su transición energética, pero lo hace de manera heterogénea. Ahí radica tanto el desafío como la oportunidad.