2024

Un año a la altura del desafío

Por supuesto, este ha sido un año fuera de lo común. Un año cargado con un gran desafío. Porque la pregunta por el desarrollo de la Argentina continúa abierta. Ahí es donde creemos que seguimos haciendo un aporte. Un aporte en cuanto a llevar a la conversación pública investigaciones y proyectos para un desarrollo sustentable e inclusivo. Bajo todas las formas que asuma esa conversación: los medios, el Congreso, las redes sociales, la ciencia, la política. En procura de voces afines y con el deseo de congregar voces nuevas. Estos son los proyectos que trajimos este año, para que el desarrollo esté en boca de todos. A pesar de todo.

¿De dónde venimos? ¿Dónde estamos? ¿Hacia dónde queremos ir? Para responder estas preguntas, nació Argendata, un sitio en donde generamos e hicimos públicos miles de datos clave sobre ambiente, desarrollo, macroeconomía, trabajo, industria. Pero no se trata sólo de datos: se trata de una herramienta para que esos datos cobren sentido, y sirvan para entender la Argentina. Ese es el camino para transformarla.

Ilustración: Pint0rcito.

En un contexto de renacimiento global de la política industrial, la “industria argentina” tiene encima una larga historia. Pero detrás de ese sello, hay industrias disímiles, con diferencias en cuanto a tecnología, complejidad, dinamismo, capacidad exportadora y generación de empleo. Si queremos proyectar una política industrial efectiva, es necesario conocer la naturaleza de esas diferencias: sólo así podremos destrabar el debate sobre el valor de nuestras industrias y mirar este siglo XXI sin overoles ideológicos.

Ilustración: Boomba.inc.

Argentina es pionera en esta industria no manufacturera, con una trayectoria que le otorga ciertas ventajas comparativas y, a la vez, nuevos desafíos. El sector puede generar aún más divisas y generar más empleo de calidad. Un análisis para pensar su desarrollo, el rol del Estado, sus salarios y el tipo de empleos a los que acceden las mujeres y los varones.

Ilustración: Brenda Ruseler.

La industria textil suele estar en medio del debate: por un lado crea muchos empleos; por otro, se sostiene con medidas proteccionistas que, junto con la inestabilidad crónica de la macro, generan tensiones que se reflejan en los precios de la ropa en nuestro país. Repensar esta industria de manera inteligente para que genere más valor, mejore los precios de un bien básico y brinde empleo de mayor calidad.

Ilustración: Clara Koppmann.

Las decisiones sobre qué industrias potenciar no pueden tomarse mirando sólo fronteras adentro. Promover el desarrollo productivo nacional no es posible sin un ojo puesto en el mundo. Un diagnóstico internacional para diseñar una estrategia de desarrollo productivo. Mirar al mundo para identificar los sectores estratégicos que nos ofrecen la posibilidad de insertarnos en las cadenas de valor global.

Ilustración: Guido Ferro.

¿Qué le va a vender Argentina al mundo? La pregunta que guía esta serie de entrevistas fue formulada por una comitiva japonesa al equipo económico del gobierno del presidente Alfonsín, a mediados de los ochenta. Hace 40 años esta pregunta está en el aire. Un podcast con expertos, funcionarios y empresarios que intentan responderla, y ofrecen miradas sobre los sectores capaces de ampliar la base de riqueza del país.

Ilustración: Jimena Zeitune.

La estabilidad macroeconómica es condición de posibilidad para dar el salto productivo. Proyectamos condiciones para garantizar la sostenibilidad de la deuda, ahuyentar al fantasma del default, y encontrar un sendero virtuoso hacia el desarrollo económico.

Ilustración: Natalia Aguerre.

Para poder crecer tenemos que garantizar que las necesidades básicas de cualquier persona estén satisfechas. Los planes de alimentación —con especial atención a los niños, niñas y adolescentes— deben mantenerse actualizados y permitir un piso de bienestar en toda la sociedad. Mejorar la vida de los argentinos como principio de un plan de desarrollo.

Ilustración: Brenda Ruseler.

Es imposible progresar sin un hogar integrado a la sociedad, a la economía y a la ciudad. En una ciudad conviven barrios con distinto nivel de desarrollo y ciudadanos con diferentes niveles socioeconómicos: de allí la importancia de las políticas de integración sociourbana. Por eso, es necesario retomar los esfuerzos, que han quedado truncos por decisiones del gobierno de CABA. Son políticas que nacen en una ciudad, pero repercuten en el país.

Ilustración: Guillermo Meza.

El trabajo de hoy no se condice con las leyes laborales existentes. La respuesta desde el Estado debe tener en cuenta regulaciones para un panorama muy fragmentado, con trabajos disímiles y estructuras empresariales variadas. Reformas laborales para el siglo XXI, de forma y de fondo.

Ilustración: Papanika.

En un país como la Argentina, la discusión sobre reformas en el sistema tributario debe ocupar el centro de la escena. Un desarrollo sostenible sólo es posible con un sistema progresivo, que fomente tanto la productividad como la formalidad. Una reforma tributaria para un sistema armónico y más equitativo.

Ilustración: Natalia Aguerre.

Los derechos de exportación constituyen un impuesto característico de nuestro país que debe ser revisado. Para ofrecer un modelo de desarrollo pro exportador debemos pensar nuevas políticas, que trasciendan a las retenciones para dar paso a un nuevo régimen. Proponemos otros instrumentos fiscales para garantizar la recaudación sin dejar de potenciar un sector histórico de nuestra economía.

Ilustración: Pint0rcito.

Nuestros análisis sobre la industria minera y el GNL nos permitieron discutir y aconsejar a la política qué pautas debería incluir un régimen de inversiones (y cuáles no). Un crecimiento sostenido viene con una explotación inteligente de nuestros recursos naturales, con un régimen que atraiga nuevas inversiones, fomente la producción local y distribuya renta de manera equitativa en las comunidades locales. Con estos datos llegamos al debate parlamentario por la Ley Bases y el RIGI.

Ilustración: Micaela Nanni.

Hay forma de desarrollarnos y, a la vez, preservar todos los beneficios de la naturaleza para futuras generaciones. Un trabajo en consonancia con una agenda global que, negada por el gobierno nacional, encuentra interlocutores provinciales. Instrumentos financieros innovadores para atender la triple crisis de deuda, clima y biodiversidad.

Ilustración: Guillermina Teves-Bejar.

La transformación del Estado necesita de las nuevas tecnologías, y la inteligencia artificial se postula como un aliado clave y necesario. En las aulas, como una herramienta de aprendizaje; en los juzgados, como una herramienta para optimizar y acelerar procesos judiciales, que permitan una justicia más veloz y más eficiente. Por supuesto, hay riesgos en sus usos y aplicaciones, que deben ser atendidos. Pero la IA llegó para quedarse, y el Estado debe usarla a su favor.

Ilustración: Papanika.

Carta del director

Martín Reydó

Hace tiempo que Argentina se mueve al ritmo del péndulo económico. Cada vez que Argentina entra en crisis, el péndulo se inclina hacia el otro extremo del espectro ideológico. Cuando ese nuevo punto no logra resolver la crisis, el péndulo vuelve sobre su trayectoria. Esos movimientos constantes nos impiden encontrar estabilidad, lo que imposibilita la construcción de un país con un bienestar creciente, que es el objetivo con el que soñamos. Detener de una vez por todas el péndulo es posible, pero no se va a lograr por arte de magia. Requiere, lógicamente, de mucho trabajo, de un análisis minucioso del estado del mundo, y de mirar hacia atrás, para entender dónde estamos parados y cómo llegamos hasta acá.

Desde que pusimos en marcha Fundar, en 2020, esta fue nuestra obsesión: entender los problemas de la Argentina para proponer soluciones sostenibles. De algo estamos seguros: el péndulo no se resuelve eligiendo uno de los lados. El problema del empate hegemónico, creemos nosotros, es que ninguno de estos dos lados en disputa tiene la clave para impulsar el desarrollo. Esta reside, más bien, en una resolución tan técnica como política, que contrasta con las prácticas predominantes del Gobierno nacional que en estos días cumple un año.

Creemos que el desarrollo exige un diálogo amplio y plural con distintos actores estratégicos, que es también un diálogo con el presente y con un estado del mundo, que ha cambiado radicalmente, pero que tiene que tener en cuenta a las distintas tradiciones ideológicas de la Argentina. En Fundar estamos convencidos de que el futuro viene de la síntesis superadora de lo construido. Por eso, revisamos en nuestra historia los mejores proyectos de país que supimos construir, separando la paja del trigo, lo que funciona de lo que no. De aquí surgen las investigaciones y líneas políticas que impulsamos.

De la tradición progresista retomamos la sensibilidad que conecta con los sectores populares, con los procesos de movilidad social ascendente, así como la ampliación continua de derechos ciudadanos. Compartimos su vocación por construir un Estado de bienestar que morigere los impactos del ciclo de la vida más allá del mercado.

De la tradición liberal, tomamos la preocupación activa por la sanidad de las cuentas públicas (el realismo fiscal) y el mandato de conectarnos con el mundo, de pensar una inserción internacional inteligente que nos saque de la mirada parroquial de vivir con lo nuestro. También tomamos del liberalismo la importancia del concepto de eficacia: no sólo en términos de desarrollo productivo, sino fundamentalmente con respecto al Estado.

Del desarrollismo, por último, recuperamos la idea de que la complejización de la matriz productiva es central para generar riqueza y, por ende, condición de posibilidad del bienestar social que es el objetivo último de todos nuestros esfuerzos. Esa apuesta, esa transformación productiva, requiere de la intervención del Estado, porque no alcanza solo con las fuerzas del mercado. Pero sabemos que se trata de una intervención muy exigente y muy precisa.

Nos sentimos un poco hijos de esas tradiciones, sí, pero no para prenderles velas. En gran parte, fueron visiones extremas de estas posiciones las que nos trajeron hasta acá y explican las idas y vueltas de las que hablábamos al comienzo. Porque la otra cosa que nos parece que requiere nuestra atención es el coraje, la osadía intelectual, la ambición de establecer esta síntesis. Desde Fundar nos animamos a tocar los temas que no se tocan porque afectan sensibilidades e intereses, porque se volvieron tabú con el paso del tiempo. Sabemos que hay interlocutores muy diversos que están dispuestos a reestablecer este diálogo amplio y honesto sobre el desarrollo de nuestro país. Por eso, nuestras puertas están siempre abiertas a la reunión con cuadros técnicos, académicos, sindicales, empresariales y políticos por igual. Lo hacemos tratando de dar respuestas que no siempre son las que se esperan. Con rigurosidad y consistencia, nos aparecemos allí donde nos están buscando y allí donde no, para poner a disposición la mejor evidencia, los mejores argumentos, y un plan sostenible y realizable para el futuro.

Está la Argentina y su volatilidad. Está la frustración de la sociedad, de muchos de nosotros, la bronca de un país que va y viene de un punto a otro. Argentina hoy no tiene un lugar claro, y tampoco parece ir en la dirección del mundo que se viene. El mundo se nos presenta como pura amenaza (lo que nos lleva a tener que encerrarnos para vivir con lo poco que tenemos) o como el furgón de cola de un destino que se decide en el Norte Global y nos relega a pura economía de enclave. O acomodarnos con las migajas de lo que tenemos hoy o relegarnos a lo que nos den mañana las potencias globales. Estas no pueden ser las únicas opciones.

Contra esa falsa antinomia, Fundar se postula como una usina programática del qué hacer: buscamos construir una salida productiva que nos saque del atolladero. Pero un plan de desarrollo no es sólo un conjunto más o menos articulado de políticas públicas escritas en una serie de documentos, por más precisas y refinadas que sean. Es algo más: es la construcción de una comunidad de ideas que comparte un diagnóstico y construye una alternativa. La invitación de cara al futuro es a seguir trabajando en ese sentido. A que construyamos confianza. A que intercambiemos saberes, frustraciones, opiniones y planes. A que seamos cada vez más. Y a que arranquemos ahora porque, otra vez, el mundo demanda precisamente lo que la Argentina tiene. Estar a la altura de esa oportunidad requiere de mucha innovación, de mucha creatividad, y de todos nosotros.